martes, 8 de agosto de 2017

¿CÓMO EXPLICAR LA CONDUCTA ANORMAL?

CONDUCTA ANORMAL, TRASTORNO MENTAL...


A lo largo de la historia ha ido cambiando la explicación que se ha dado a la conducta anormal. Los hallazgos arqueológicos, como algunos cráneos encontrados que sufrieron algún tipo de trepanación, y otros estudios etnográficos, apuntan a que el hombre primitivo daba una explicación mágica y de origen sobrenatural a la conducta anormal.

La sociedad preclásica, explica la conducta anormal con una interpretación demoniaca, con la idea de que un ser maléfico podía haber tomado posesión de la persona.

Durante la antigüedad grecorromana, se combina esta concepción demoniaca con la idea de que esta conducta anormal, los trastornos mentales son enfermedades físicas.

En la Edad Media, dada la gran influencia de la iglesia católica, se vuelve a esa concepción demoniaca y se consideraba al enfermo mental como una víctima inocente del diablo, basándose su tratamiento en exorcismos, oraciones, agua bendita, peregrinaciones, etc.

Este panorama cambia y es criticado con el Renacimiento y la Ilustración, volviendo a una explicación de la conducta anormal por causas naturales. Aparecen los primeros manicomios y hospitales psiquiátricos con finalidades terapéuticas.

Las condiciones inhumanas de dichos lugares mejoran con la primera reforma asistencial de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se empieza aplicar el método clínico descriptivo, parecido al actual, que trata de describir estos cuadros clínicos, se observa y describe la conducta anormal.

A finales del siglo XIX y principios del XX se formulan las primeras hipótesis explicativas de la conducta anormal, hipótesis de tipo biologista e hipótesis de tipo psicologista.

Con la segunda revolución terapéutica, que conlleva la desaparición del hospital mental, el surgimiento de la atención comunitaria y el nacimiento de la psicofarmacología moderna, y junto con las aportaciones de las neurociencias   y el establecimiento de nosologías y sistemas diagnósticos reconocidos de los diferentes trastornos mentales, llegamos al panorama actual.

Ya hoy en día sigue siendo muy complejo definir este concepto de anormalidad, conducta que como hemos visto, se da en cualquier cultura y en cualquier época.

La psicopatología es la ciencia que estudia la conducta humana centrando su interés en la naturaleza y la etiología de la conducta anormal o patológica. Existe una diversidad de enfoques dentro de esta ciencia de la psicopatología y cada uno de ellos defiende unos criterios para definir la conducta anormal, criterios estadísticos, clínicos, sociales, biológicos. No hay una definición totalmente compartida del concepto de anormalidad. Todos los criterios son necesarios para esta definición y, a su vez, insuficientes por si solos para definirla.

Para poder explicar y prevenir la conducta anormal primero hay que describirla y clasificarla. Durante muchas décadas se ha tratado de encontrar la clasificación adecuada, no sin ser cuestiona y criticada la necesidad de clasificación.

Superado el debate sobre la necesidad y ventajas de las clasificaciones, a finales de los años setenta fluyen las primeras clasificaciones. Los dos sistemas de clasificación actual más utilizados, son el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, el DSM, y la Clasificación Internacional de las Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, el CIE.

Actualmente el DSM va por su quinta edición, el DSM-V, y el CIE por la décima, CIE-10. Estos sistemas describen y clasifican las conductas anormales, los diferentes trastornos mentales.


Si bien está clara la utilidad de dichos sistemas de descripción y clasificación de la cada conducta anormal, cada trastorno mental es único en cada individuo. Si bien se comparten algunas características que definen y describen el propio trastorno, el mismo es diferente en cada uno de los que lo padecen. Esta idiosincrasia de la conducta anormal motiva el diseño de intervención o tratamiento a medida y ajustado a cada caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario