domingo, 6 de marzo de 2016

LA SONRISA Y LA RISA

                                                                       SONRISA Y RISA


Estas expresiones de emociones, generalmente agradables, están presentes en el hombre desde muy temprana edad. Así, las primeras sonrisas aparecen en el recién nacido durante el sueño y responden a simples descargas cerebrales sin contenido emocional. A partir de la tercera semana la sonrisa es más intensa y se produce en respuesta a estímulos producidos por los adultos, y poco a poco con la sonrisa el bebe aprende que es capaz de llamar y conseguir, también, la atención de los adultos. El bebe asimila enseguida que esta expresión tiene una función social importante y por eso la utiliza. Esta sonrisa del bebe, produce a su vez, en los adultos respuestas y comportamientos afectuosos, que vuelven a repercutir de forma positiva en el bebe. Una sonrisa de un bebe, no solo gratifica a su madre sino que consigue hacer una conexión emocional con la misma de especial ternura y afecto.

La sonrisa parece ser una expresión con un elevado grado de universalidad en los distintos lugares y distintas culturas. Todos sonreímos y entendemos la sonrisa casi de igual manera, incluso cuando esta se utiliza para comunicar o expresar mensajes diferentes.

Hay distintos tipos de risa. La simple sonrisa, la risa nerviosa, la risa sarcástica, la risa contagiosa, las carcajadas, la risa cínica. Cada tipo de risa nos explicaría el significado de la misma y en que momento o situación se da. Lo que está claro es que la mayoría de nosotros sabemos muy bien discriminar este tipo de risas.

Hay investigadores que han encontrado sobrados beneficios de la práctica de esta expresión. A nivel social, todas las relaciones claramente serán más favorables con unas sonrisas que sin ellas. Cuando uno habla de forma sonriente tiene mayor probabilidad de encontrar en su respuesta una sonrisa. De igual manera se producen estas respuestas en otro tipo de expresiones y es que de alguna forma éstas se nos pegan al sentirnos en la necesidad de devolver la misma expresión. Así, a nadie se le ocurre reírse ante una expresión de tristeza o dolor.

A nivel emocional existen hipótesis que explican como la sonrisa, al ser una expresión opuesta a la tristeza, conlleva también sentimientos opuestos a esta emoción y así, al sonreír nos esforzamos por apartarnos de esa tristeza o dolor y esto conseguirá, por ello, animarnos un poco más. Lo que de alguna forma es seguro, es que la expresión de la alegría nos libera de emociones, nos descarga de ansiedad, nos libera de tensión y el estrés que tenemos acumulado y que por ello, al igual que cualquier otra expresión de emociones, hace mantener nuestro equilibrio personal. Se ha demostrado por los expertos, como, no solo ciertas emociones son capaces de producir una expresión como la risa, sino también como la ejecución de gestos que caracterizan una emoción o la observación en los otros de estos gestos, podrían ser generadores de una emoción.

Un persona sonríe, generalmente cuando está de buen humor, cuando de encuentra con sentimientos agradables de alegría, deleite, vivacidad, satisfacción, confianza, amor, aprobación, etc. Además de expresar todos estos sentimientos, la sonrisa está inmersa en la comunicación. De está forma, aunque tengamos ganas y motivos suficientes para reír, trataremos de controlar está expresión cuando la misma no sea oportuna dada una determinada situación.

La sonrisa, quizás es más amplia que la risa y con ella no solo manifestamos nuestro grado de alegría y satisfacción, sino que además podemos manifestar nuestra empatía, entendimiento, aprobación, apoyo, reconocimiento e incluso reforzamiento en relación a nuestro receptor. La risa es más espontánea y resulta por ello más difícil de controlar. Todos conocemos alguna situación en la que aguantar la risa, generalmente por respeto al otro, nos ha resultado difícil, dado que con este autocontrol parece que se acrecientan las ganas de reír.

La risa, por lo tanto, es una expresión física más intensa que la sonrisa. La sonrisa suele aparecer en los niños con anterioridad o simultáneamente que la risa. Esta surge entre los cuatro y seis meses de edad en respuesta  a distintos estímulos como hemos visto propiciados por los adultos. Al año los niños son capaces de reír ante situaciones o circunstancias incongruentes o sorpresivas, como las muecas que les hacen sus papas o ante lo que sienten con las cosquillas.

Lo que es obvio en todo caso, es que tanto sonreír como reír tienen muchos efectos positivos, tanto en los que manifiestan estas expresiones como en los que las reciben. Además una simple sonrisa puede trasmitir nuestro apoyo, nuestra confianza, nuestra aprobación, nuestra gratitud, es una herramienta fundamental y muy necesaria para la empatía, para el apego y para unas buenas relaciones.


2 comentarios:

  1. Espero que este artículo nos anime a todos a sonreir y reir un poco más.

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  2. Me ha gustado mucho este artículo. Si que es importante sonreír y reír, tendríamos que hacerlo mucho mas ¿ os habéis fijado en que cuando le sonreímos a otra persona ésta siempre nos contesta con otra sonrisa?

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