LOS GRIFOS MÁGICOS
Soy de un muy lejos de aquí, en
África. Tengo casi 11 años. Estaba tan entusiasmado con la idea de mi viaje a
España que estuve en una nube los primeros días de mi llegada. Por fin estaba
con mi madre y mis dos hermanos mayores. Les había extrañado mucho. Llevaba ya
tres semanas y todavía no me lo podía creer.
Mi padre murió cuando yo tenía
dos años y no me acuerdo de él. Mi madre vino hace tres años aquí a trabajar.
Después vinieron mis hermanos y por fin he llegado yo. Sabía que aquí las cosas
no iban a ser fáciles y tenía por delante que aprender un montón de cosas, pero
llegar aquí era lo que más he deseado estos años. Estoy muy contento.
Mi nuevo hogar es muy pequeño
pero me pareció un palacio a mi llegada. Mis hermanos y yo dormimos en una
habitación aquí llamada salón, tumbados en unos asientos muy cómodos. Mi
hermano mayor tiene un colchón que extiende por las noches entre el salón y el
pasillo. Mi mama comparte una pequeña habitación con mi tía que viene solo por
las noches a dormir.
Una puerta en el salón da a una
pequeña cocina donde mi madre hace la comida y ahí mismo tenemos un grifo, un
grifo por el que sale agua limpia para beber y lavar los platos. También hay una
nevera, que aunque mi madre dice que está muy vieja, a mí me pareció magnifica tan
grande y tan llena de cosas tan bonitas y ricas para comer. Aquí se come muchas
veces al día no como en mi país que solo comemos una vez al día y siempre lo
mismo.
El grifo se abre y cierra, el
agua sale y sale y no se gasta. Siempre que me apetezca puedo llenar un vaso de
rica y fresquita agua. Esta agua esta muy limpia. Recuerdo el primer día, bebí
y bebí hasta que se hincho la tripa. Al principio creí que estos grifos eran
mágicos. Mi hermano me explico que el agua llegaba a través de unos tubos
directamente de los ríos y los pantanos. Estos además se van rellenando del
agua de las lluvias y las nieves. Todavía no conozco la nieve, aunque me han
hablado de ella y ya se que esta muy fría. Para mí, los grifos siguen siendo un
poco mágicos.
Esta casa tiene también un
pequeño cuarto de baño. En este también tenemos grifos. Esto sí que era nuevo
para mi, ya no tendría que cargar con los pesados cubos de agua. Para asearme
puedo abrir otro grifo lleno de agua, ahora calentita, que riega mi cuerpo como
si fuera una lluvia. Lo que me da un poco de pena es toda el agua que se escapa
finalmente por ese agujero del fondo. El primer día puse un tapón para guardar
el agua para otras veces. Mi hermano me ha dicho que esta agua después de
limpiarla vuelve al mar, también por unas cañerías.
He empezado mi nueva escuela y
como todavía no hablo el idioma de aquí estoy en una clase especial. Somos tres
chicos, de 14, 13 y yo de casi 11 años. Mis compañeros son también de otros
países y no hablamos el mismo idioma. Tenemos una profesora muy amable que nos
está ensañando muchas cosas. Estoy muy contento aunque todavía no tengo amigos.
La televisión de aquí es también
muy diferente y me gusta mucho. Aunque todavía no entiendo muy bien lo que dicen,
esta televisión tiene muchos canales y siempre encuentras un programa de niños
o dibujos animados que aquí son muy divertidos. Si me canso puedo cambiar y
cambiar de canal.
Aunque estoy feliz en mi nuevo hogar,
a veces me pongo un poco triste, porque echo de menos algunas cosas de mi país,
sobre todo a mi abuelita, mis tíos, mis primos y mis amigos. He decidido que
voy a estudiar mucho para, cuando sea mayor, llevar estos tubos y grifos llenos
de agua a mi país. Así todos podrán tener un rico y fresquito vaso de agua en
cualquier momento.
Los detalles que uno ya no ve se convierten en las cosas mas maravillosas para otros.
ResponderEliminar