Como cada año las familias aprovechan para reunirse en
las fiestas y celebrar juntos la Navidad. Si analizamos los cambios en la
institución de la familia en los últimos años, nos damos cuenta, que de alguna
manera se han modificado y modificaran también las actividades propias de estos
días tradicionales de fiesta.
Los días que preceden a la
Navidad caemos, de manera casi inconsciente, en las redes frenéticas del
consumo. Abundantes comidas y cenas de trabajo inevitablemente nos estresan un
poco más en el irremediable ritmo que para algunos conllevan las fiestas. Nos
sumergimos en una carrera desenfrenada de tareas; compramos juguetes, regalos,
vestidos, zapatos, comidas y demás enseres, además organizamos, ordenamos y
adornamos la casa para tenerlo todo dispuesto. En estos días con tanto
preparativo se nos escapa algo importante que apenas tenemos: nuestro tiempo.
Aunque disponemos de unos
días de fiesta en nuestro trabajo, una parte de este se nos va en los
preparativos. Es un tiempo que debemos aprovechar para descansar, para
disfrutar, para cortar con la rutina laboral, para compartirlo con los
nuestros, con nuestra familia. Aquí es donde deberíamos poner la lupa y sacar
el mayor partido en estas fechas.
En el análisis de los cambios
producidos en la familia, podemos observar objetivamente, un progresivo
descenso en el número de miembros que las forman y una disminución también del
tiempo que se comparte, incluso en la propia familia nuclear. También en
Navidad, hacemos cada vez menos reuniones familiares y con menor número de
participantes.
Algunas modificaciones en
nuestros pensamientos a la hora de enfocar nuestras actuaciones pueden llegar a
ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos y hacer sentir también mejor a
los que nos rodean, así por ejemplo, en estas fechas en la encomendada tarea de
buscar regalos, podemos intentar ponernos en el lugar del otro y no en el
nuestro, podemos intentar sorprender y no caer en la rutina, podemos buscar el
regalo más ingenioso y no el más lujoso, podemos compartir y participar de los regalos.
Si conseguimos no
embarcarnos en este ritmo infrenable de tareas, tan acostumbrados la mayoría a
mantener en nuestra vida diaria, si llegamos aprovechar relajadamente nuestro
tiempo para compartir y participar de las actividades propias de estás fiestas,
si intentamos empatizar con cada miembro de la familia, si saboreamos el
disfrute de los más cercanos, si mantenemos y fomentamos la magia y fantasía de
la Navidad, quizá así podamos llegar a pasar unos días inolvidables.
Los más pequeños en estos
días, van a recibir seguramente, un excesivo número de juguetes. Sin duda el
mejor regalo que pueden recibir en estos días es el tan codiciado tiempo de sus
papas, el compartir y participar en familia de cada rutina diaria, como el
vestirse, cocinar, jugar, dibujar... además de otras actividades propias de
estas fiestas, como poner el árbol de Navidad, el Belén y demás adornos,
preparar algunos dulces de Navidad, organizar y esperar la llegada de los Reyes
Magos e incluso de Papa Nöel, y sin duda sentir a los adultos muy cerca.
Para nosotros los padres, si llegamos a
conseguir compartir este tiempo en familia, recibiremos, de igual manera, el
regalo más deseado, la felicidad trasmitida por nuestros hijos. Mantener las
ilusiones y fantasías de la Navidad en los más pequeños, debe ser un objetivo
primordial para todos los adultos, junto con la participación activa en el
compromiso de aumentar la comprensión, la armonía, la unión, la tolerancia, la
paz, el entendimiento y demás los valores dignos de resaltar en estas fiestas.
Ojalá que este año llegue a
todos los hogares el mágico “Cuento de Navidad” y que podamos entender que,
para cubrir y llenar nuestras necesidades, debemos dar y despues recibir. Ojalá
que la felicidad llegue a todas las familias y que ellas puedan esforzarse en
compartirla entre ellos y con los que más solos están. Ojalá que este articulo
sirva, al menos, para que algunos lleguen hacer una buena reflexión en su
proyecto familiar en la Navidad y para poder desearos a todos una “Felices
Fiestas”.
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