LA PRIMAVERA Y EL ESTADO DE ANIMO
Llega la primavera dejando a un lado el frio del invierno con su agradable temperatura, los campos lucen una amplia gama de colores, las plantas empiezan a brotar y toda la naturaleza renace y florece llenando el ambiente de nuevos aromas.
Oficialmente
la primavera comienza el 21 de marzo, momento preciso en que se
produce el equinoccio primaveral cuando el día iguala a la noche.
En esta época
del año no solo aumenta la temperatura, también lo hace la luz ambiental. Los
días se hacen cada vez más largos, se producen cambios en los niveles de
humedad, se dan modificaciones en la presión atmosférica y en las condiciones
climáticas.
Las
investigaciones nos muestran como todos estos cambios que trae la primavera en
los humanos favorecen la secreción de hormonas relacionadas con la atracción
sexual y que influyen positivamente en el estado de ánimo; estas son las feromonas
(hormonas de la atracción), la oxitócina (hormona del amor), la dopamina
(hormona del placer y la motivación), la serotonina (estado de ánimo) y la noradrenalina
(calma la ansiedad).
Por otro lado,
esta estación de cambio y despertar de la vida invita a salir y pasar más
tiempo fuera de casa. Nos anima a disfrutar del aire libre y de la naturaleza. El
aumento de luz y su amplitud a lo largo del día se relaciona con la melatonina
lo que produce que necesitemos menos horas de sueño al día para sentirnos
descansados y hace que nos sintamos con mayor energía y con más ánimo para
hacer más cosas. Todo esto produce también cambios en nuestro metabolismo, y
así al estar activos más tiempo nuestro cuerpo necesita comidas más ligeras que
nos permitan mantener el ritmo que exigen nuestras actividades, y a la vez, un
número mayor de comidas que nos permitan compensar el mayor gasto de
energía.
En esta época
tenemos una mayor apertura a la comunicación, al amor y a la sexualidad. Como
hemos visto somos más activos y nos sentimos con más energías, más positivos,
más contentos.
Aunque generalmente
la primavera se relaciona con esta imagen positiva de la vida, del crecimiento
y de la felicidad, no a todos nos afecta de igual modo. Con la primavera llegan
estos cambios emocionales positivos casi de
euforia, pero también puede darse los cambios de forma negativa, lo que ha
llegado a llamarse astenia primaveral.
Esta se produce cuando se genera el efecto rebote tras el exceso de energía y
se caracteriza por el cansancio o incapacidad para concentrarse ente las tareas
diarias, provocando tristeza, fatiga e insomnio.
La astenia es
generalmente transitoria y tiene que ver con la dificultad para adaptarse a los
cambios que trae la primavera. Según algunos estudios una de cada 10 personas sufre
en mayor o menor grado la astenia primaveral y se presenta más en mujeres entre
los 20 y 50 años.
Para adaptarnos
a la llegada de la primavera es recomendable seguir una buena rutina de sueño
con una duración entre 7 y 8 horas al día, tener una dieta sana y equilibrada
pobre en azucares y alimentos difíciles de digerir, debemos hidratarnos
frecuentemente bebiendo abundante agua, y debemos realizar ejercicio físico
regular al aire libre aprovechando el buen tiempo. Es recomendable también
aprovechar el aumento de energía para dedicarnos más tiempo a nosotros mismos y
a los nuestros. Por último es bueno saber aprovechar todos los cambios a mejor,
sin olvidar dosificarlos poco a poco para mejorar nuestra adaptación a los
mismos.
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