viernes, 26 de agosto de 2016

Diferencias entre hermanos

                                               HERMANO BUENO/HERMANO MALO

Todos hemos escuchado alguna vez la historia del hermano bueno y el hermano malo dentro de una misma familia. Los distintos estudios que versan sobre las diferencias entre hermanos que comparten un ambiente similar y comparten también la mayor parte de la herencia genética, aluden a que las diferencias que se encuentran tanto en inteligencia como en personalidad se deben a la interacción de varios factores.

Existe un ambiente personal no compartido en cada uno de los hermanos que es diferente. La experiencia nos muestra como en muchas de estas familias el ambiente compartido no es tan similar para los dos hermanos; y es que no fueron los dos hijos igual de deseados por los padres, ni éstos tenían la misma experiencia al nacer cada uno de sus hijos, ni esperaban lo mismo de cada uno, ni el lugar que ocupa cada uno es igual, etc. El ambiente personal es un factor determinante con bastante peso. En clínica, por ejemplo, nos encontramos familias que mantienen su equilibrio y unión gracias al desequilibrio, patología o problemas de conductas de alguno de sus hijos. La familia y muchas veces la pareja de padres hace o aumenta sus alianzas para poder soportar lo que les ha tocado con ese hijo.

Si les preguntamos a mayoría de los padres, responderían que la educación y el trato que han dado a cada uno de sus hijos ha sido el mismo. Este sin duda es el objetivo que todos tenemos, pero es inevitable hacer diferencias, incluso con hijos que nacen en un mismo momento. Esto sin duda no llega a ser tan diferenciador entre hermanos, si no que va marcando, junto con otros factores, las diferentes personalidades.

Otro factor importante es la propia dotación genética que no comparten los hermanos en su totalidad. En este sentido las investigaciones de la Genética de Conducta nos muestran, por ejemplo, que en la inteligencia el peso de la herencia es mayor que el de la personalidad. Pero entre el ambiente y la herencia lo que más peso tiene es la interacción entre ambos factores.

Un factor de vital importancia en la adolescencia, es el ambiente Extrafamiliar. La importancia y sentido de pertenencia de la familia que tenemos en la infancia pasa a segundo plano en la adolescencia, quedando en primer lugar el peso de las relaciones con los iguales. Los amigos son casi lo más importante, ellos les entienden, tienen problemas parecidos, les apetece hacer cosas similares. Tienen tal poder de simbiosis que, en estas edades, las pandillas, los grupos, las bandas, etc., para poder identificarse como tal, marcan a sus miembros una forma de vestir similar, unos gustos parecidos en música, lectura, política, piensan casi de igual forma, tienen los mismos intereses. Entre unos y otros se dejan llevar. Todo esto les da el sentido de pertenencia a un grupo, tan necesario e importante en estas edades donde se debe adquirir la propia identidad de cada uno.

En estas edades, por tanto, se cumple el dicho, “dime con quién andas que te diré quién eres”. Cuando más vulnerable es el joven y menor es el sentido de pertenencia a su grupo familiar, más necesidad se tiene de pertenecer y hacerse valer en un grupo de iguales. Este tiene un poder sobre el chico que puede hacerle cambiar de gustos, aficiones y formas de actuar.

En ocasiones, es el propio rechazo del grupo a un chico el que motiva que este tenga conductas llamativas y diferentes, para poder participar en el grupo, aunque sea de esta forma. Esto se ve muy bien en el aula en torno al chico que finalmente es apodado, por ejemplo, del “tonto” y que actúa de esta forma para captar la atención de su grupo

Así, es aconsejable, aunque de natural tengamos actuaciones diferentes con cada uno de nuestros hijos, afianzar el sentido de pertenencia a la familia y fortalecer la personalidad que se va construyendo en nuestros hijos.

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