jueves, 9 de junio de 2016

Asertividad y eficacia

ASERTIVIDAD
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La asertividad es aquella disposición de las personas para asegurar y afirmar con decisión y seguridad todo lo que uno dice o hace. Se refiere, por tanto a la capacidad que uno tiene para hacer valer sus derechos y expresar sus sentimientos personales. Una persona asertiva defiende sus propios intereses y expresa sus opiniones, de forma eficaz. La asertividad se relaciona también, por lo tanto, con la seguridad que uno tiene en sí mismo y con su propia autoestima.

Por ejemplo, supongamos que hace calor y uno lleva esperando horas en la cola de una taquilla para la compra de entradas de un espectáculo, y una persona, quizás avispada por ello, se cuele en la fila delante de nuestras narices. Ante esta situación cada uno de nosotros podría dar respuestas diferentes a esta persona, que irían desde el total silencio hasta incluso una respuesta agresiva, pasando por una respuesta asertiva. Esta última, sin lugar a dudas es la respuesta más eficaz. Lo ideal es que uno pueda, de manera educada, expresar, a la persona que se cuela, sus derechos para que se hagan valer. Esto que parece tan sencillo, en muchos casos no lo es, ya que ajustar este grado de asertividad para algunos por defecto y para otros por exceso puede llegar a resultar difícil.

Para lograr este ajustado grado de asertividad es necesario tomar conciencia clara y real de lo que son los propios derechos. Hay personas que en un extremo llegan a restringir sus derechos. En estos casos la persona teme hacer valer sus derechos por haber hecho esta restricción, por miedo a invadir el terreno de los demás o por temor a poder llegar a ser rechazado afectivamente. En este caso, la persona tiene claramente un estilo pasivo ante las situaciones donde podría ser asertivo y por lo tanto más eficaz. La principal dificultad de este estilo pasivo es que los demás llegan aprovecharse de ellos y se acumula un estrés fundamentado en la insatisfacción y resentimiento consigo mismo.

Otro grupo de personas, por exceso en el grado de conciencia de sus derechos, llegan a opinar y creerse que tienen derecho a casi todo y sin escrúpulo llegan arrollar los derechos de los demás. Estas personas tienen un estilo agresivo y al igual que el pasivo es muy poco efectivo.

La asertividad se relaciona con otras capacidades y rasgos de Personalidad que ayudan en el ajuste de la misma, pero en su mayor medida ésta depende de un proceso de aprendizaje que comienza en la infancia. Los niños reciben la seguridad a través de sus padres, estos son los que deciden lo que deben o no deben hacer, los que delimitan tanto sus derechos como sus obligaciones. De esta manera los niños aprenden a respetar a los demás, aprenden que no tienen derecho a todas sus apetencias, aprenden a ser consecuentes con sus actos, aprenden a estimar y defender sus propias pertenencias. La escolaridad es una fuente también muy importante en el proceso de aprendizaje de la asertividad. En el colegio, el niño se va entrenar en vivo como defender sus derechos entre sus compañeros e incluso ante los adultos.

Cuando una persona por defecto de su asertividad no es capaz de hacer valer sus derechos le puede llegar a provocar un alto grado de insatisfacción con relación a sí mismo. Para defenderse de esta angustia contenida este tipo de personas utilizan, en muchos casos, los autoengaños con relación a su conducta que le sirven para justificar o excusar su falta de asertividad. Así, en el ejemplo anterior, uno puede engañarse pensando que la persona que interrumpió en la fila seguramente tenía más necesidad que uno mismo, en definitiva más derecho. De esta manera, a las personas que responden de esta forma, les cuesta realmente llegar a ser conscientes de su falta de asertividad.

De igual forma que el niño va aprender en su mundo a ser asertivo, en su familia y en la escuela, el adulto puede aprender, si no llego hacerlo en la infancia, a ser asertivo en su ámbito social. Para ello, en el entrenamiento en asertividad se emplean diferentes estrategias para ir superando pequeños objetivos. Este entrenamiento puede ser guiado por un especialista que ira marcando los pasos a seguir. La persona, comienza por identificar las situaciones en las que desea aumentar su asertividad y analiza cada una de las posibles respuestas a cada situación. El objetivo es que el sujeto aprenda a sentirse bien consigo mismo siendo asertivo, siendo eficaz y vaya adquiriendo mayor autoafirmación y confianza. Es un entrenamiento muy válido que en la mayoría de los casos consigue un alto grado de satisfacción personal.



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