EL ESTRÉS DEL VERANO
Con
la llegada del verano se nos hacen imprescindibles las vacaciones y el tan
deseado descanso. El buen tiempo y el calorcito acompaña a una menor y más
tranquila actividad tanto física como mental. Durante el año, el trabajo y la
falta de tiempo ha sido una constante para la mayoría.
¿Es
posible que las vacaciones del verano puedan producir cierto estrés?
Paradójicamente existen ciertos factores que favorecen cierta ansiedad, también
fácilmente remediable.
Muchos coinciden en que los últimos días de trabajo suelen ser estresantes. Por un lado, estamos más cansados y la tarea se nos hace más cuesta arriba, y por otro lado, generalmente intentamos dejar terminadas las tareas y al surgir cualquier tema de última hora uno intenta resolverlo para no aparcarlo hasta después de las vacaciones, generando con ello mayor estres.
A estos últimos días de trabajo se le unen los preparativos de las vacaciones que provocan sin duda cierto estrés. Primero se ha de elegir el tipo de vacaciones (de aventura, playeras, vacaciones gastronómicas, culturales…), se decide también como realizar las mismas y con quien, se realizan compras de última hora, se prepara documentación necesaria para viajar (pasaporte, tarjetas sanitarias…), se sacan los billetes del trasporte, se hacen las reservas del alojamiento, se prepara la casa para dejarla cerrada, y así un número importante de tareas que deben quedar hechas antes de salir. Sin duda, una buena estrategia para estos momentos es compartir estos preparativos y realizarlos con la ilusión que las expectativas de unas buenas vacaciones conllevan.
Los hay que, pese a su necesidad, no consiguen desconectar del trabajo ni tan siquiera unos días y si lo consiguen será pasados unos días de vacaciones. Muchos facilitan esta conexión incorporando en las maletas portátiles, móviles e incluso documentos de trabajo. Uno se siente así tan imprescindible que no puede desconectar, siendo en la mayoría de los casos innecesario. También es verdad que algunas profesiones motivan este tipo de vacaciones a tiempo parcial donde uno debe estar conectado con el trabajo para su constante asesoramiento o incluso si fuera necesario el retorno anticipado de las vacaciones. Es en estos casos, y no en otros, los móviles y los portátiles hacen viable la posibilidad de tener vacaciones.
Muchos coinciden en que los últimos días de trabajo suelen ser estresantes. Por un lado, estamos más cansados y la tarea se nos hace más cuesta arriba, y por otro lado, generalmente intentamos dejar terminadas las tareas y al surgir cualquier tema de última hora uno intenta resolverlo para no aparcarlo hasta después de las vacaciones, generando con ello mayor estres.
A estos últimos días de trabajo se le unen los preparativos de las vacaciones que provocan sin duda cierto estrés. Primero se ha de elegir el tipo de vacaciones (de aventura, playeras, vacaciones gastronómicas, culturales…), se decide también como realizar las mismas y con quien, se realizan compras de última hora, se prepara documentación necesaria para viajar (pasaporte, tarjetas sanitarias…), se sacan los billetes del trasporte, se hacen las reservas del alojamiento, se prepara la casa para dejarla cerrada, y así un número importante de tareas que deben quedar hechas antes de salir. Sin duda, una buena estrategia para estos momentos es compartir estos preparativos y realizarlos con la ilusión que las expectativas de unas buenas vacaciones conllevan.
Los hay que, pese a su necesidad, no consiguen desconectar del trabajo ni tan siquiera unos días y si lo consiguen será pasados unos días de vacaciones. Muchos facilitan esta conexión incorporando en las maletas portátiles, móviles e incluso documentos de trabajo. Uno se siente así tan imprescindible que no puede desconectar, siendo en la mayoría de los casos innecesario. También es verdad que algunas profesiones motivan este tipo de vacaciones a tiempo parcial donde uno debe estar conectado con el trabajo para su constante asesoramiento o incluso si fuera necesario el retorno anticipado de las vacaciones. Es en estos casos, y no en otros, los móviles y los portátiles hacen viable la posibilidad de tener vacaciones.
Tenemos
otro factor que también aumenta cierto estrés. Cuando se viaja con la familia
uno debe preparase para ello. Durante el año, la convivencia familiar real es
mínima. Entre semana los ratos que se pasan en familia son escasos y son más
bien momentos en los que cada uno realiza tareas cotidianas, muchas veces sin
compartir las mismas. Con el fin de semana los tiempos reales que se pasan
juntos se incrementan, pero a medida que aumenta la edad de los hijos, las
actividades que se comparten en familia son menores. Así pues, al llegar las
vacaciones y permanecer la familia más tiempo real junta hace, en muchos casos,
aumentar la probabilidad de conflictos. Esto no es siempre de esta forma si nos
preparamos y entendemos que las vacaciones son para todos y que todos los
miembros de la familia necesitan disfrutar.
Lo importante no es tanto la intensidad de la
actividad a realizar, sino el poder cambiar y descansar de la rutina que se realiza
durante todo el año, en una palabra desconectas de la rutina que durante el año
nos tiene agotados.
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